A la espera de Javier Pérez Andújar y su libro “Paseos con mi madre”

Paco Marin nos ha hecho llegar un articulo a proposito de la reciente publicación del libro "Paseos con mi madre" de Javier Pérez Andújar. Este libro es un emocionante homenaje a los bloques de edificios que rodean Barcelona, y a los que la ciudad ha dado la espalda.

Paco es un gran conocedor de esa tierra que el autor pasea y retrata, y es por eso que se ha lanzado a realizar un análisis sobre el libro, el autor y la realidad que retrata que además quiere ser una invitación a sumergirse en su lectura y descubrir como los ecos de un pasado reciente nos resuenan fácilmente en nuestro día a día.

Recordamos que Javier Pérez Andujar presentara su libro el proximo 24 de febrero en la Biblioteca del barrio.

 

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Los territorios infantiles de Pérez Andújar no son “paraísos terrenales” pero han sido y forman  –de él y de muchos- nuestro lugar en el mundo. El espacio en donde te has (te han) construido a ti mismo, a fuerza de voluntad y caminos tortuosos, en la sombra alargada de un “príncipe valiente".

Y vuelven a ser estos lugares de  infancia y juventud los que, en su reciente libro, él recorre de nuevo “paseando con su madre” en su  madurez de hombre.  Solo que ahora, como escritor, ese territorio de infancia, transmutado, se lo topa en muchos otros lugares del área de Barcelona más allá y más acá del río Besòs. En toda esa “masa de bloques que rodea Barcelona como los apaches rodean un fuerte”.

Y constata  que, en ellos, tras tocar con los dedos la nobleza que nos dio la lucha vecinal por la dignidad -como en una vuelta constante de la rueda de la opresión-  la “realidad” (con nombres y apellidos) machaca con el hambre y la miseria a esa otra “realidad” que, en miles de ocasiones, ni tan siquiera cuenta con un “papel” con el que dejar constancia de quién se es. Por no contar ya ni se cuenta con la honestidad de las instituciones (políticas ni sindicales) para hacer frente, todos juntos, a tan maña indignidad. Él se queda, tras su experiencia vital, optando antes por un libro que por un partido o sindicato.  Y desde la palabra en sus escritos vemos a estos barrios transmutarse, de nuevo, en aquella marginación que los creó. En larvas arquitectónicas que Pérez Andújar denomina “trasbarrio” que seguirán generando más personas marginadas. En el Guinardó, en San Cosme, en el Gornal, en la Mina.. en ellos, como en algunas fiestas mayores “lo que salta a los ojos es el desarraigo del que se queda…” O, a caso, tal vez sea lo que exhala, casi, y le dice su amigo Toni Disco, un pintor reflexivo, moroso, siempre dubitativo,…: “Es muy difícil encontrar tu sitio, Javier, porque somos gente sin sitio”

Y Javier atravesará las apariencias para llegar al corazón de la realidad:

“El heavy no es violencia, la violencia es la torrentera de los bloques, el ruido de las vías, los carritos del Pryca, la noche perdida para siempre en una tierra injusta”

Estos “Paseos con mi madre” son la experiencia de quien se resiste a no malgastar la dignidad recibida en la tensión por conquistar nuevas vidas por otros caminos. No quiere  abandonar el “lugar construido por todo lo aportado por los tuyos” ni dejarse arrastrar por ningún espacio ficticio en el “país de las maravillas”. Tal es su combate por la dignidad que no dejará de llamar a las cosas por su nombre sin azucarar; y, con todo el respeto debido,  sin miedo al salpullío que a otros les pueda originar sus palabras. Así, para él, “Las casetas de la Feria de Abril  han formado un barraquismo cultural…. A la Feria de Abril de Barcelona hoy van sólo quienes no tienen otro sitio adonde ir. La feria no es capaz de representar ninguna multiculturalidad…. Los multiculturales son los que pasean aburridos por la feria, no los que la organizan. Para ser multicultural basta con ser pobre, porque cada pobre lo es a su manera”

Lo que también queda claro en estos “paseos por la vida” dados por Pérez Andújar es el papel de la gran Barcelona respecto a los barrios periféricos y su gente. Las infinitas páginas que los análisis históricos y sociales necesitan para mostrar lo que sucede él lo liquida en pocas líneas. En el capítulo cinco, Una ciudad sin río, concluirá: “La ciudad (de Barcelona) no vive de espaldas al mar, vive de espaldas a su gente y a sus vecinos porque no siente nada por ellos”

Lógico. Después de luchar lo que lucharon quienes contra la dictadura dieron  lo mejor de sus vidas hasta agostarla, y contemplar lo que se vive en los barrios/ transbarrios, Pérez Andújar tiene muy claro qué es la democracia:

“La democracia es algo que se ve y se toca, y donde no se percibe es que no la hay…. Y todo esto que ya está, los ambulatorios, las bocas de metro, los colegios públicos… es también lo primero que se pierde cuando desaparece la gente que lo ha traído. Quienes llegan detrás creen que eso lo pone la naturaleza, como la hierba y los saltamontes”

Y situándose en el corazón de su territorio por excelencia, Sant Adrià, nos colocará ante el Pryca (Al Campo), en el recuerdo de su creación y aquella huelga de 1988, para decirnos:

 No traerá el Pryca la democracia directa que muchos esperaron de los sindicatos, pero sí que va a traer el consumo directo… el Pryca simbolizará una democracia en la que todo queda reducido a un poder invisible y a una masa de consumidores, y donde las urnas han sido reemplazadas por cajas registradoras… lo que hace el Pryca es convertir al comerciante y al obrero en consumidor… La libertad de elegir será reemplazada por la dictadura del consumo”

Y de la Mina expresará tantas y tantas cosas que leo como un grito sus palabras:

“Todos estos bloques son ruinas vivientes que no simbolizan el fin de una época sino el fin de unas vidas”

Así va el barrio :: 01/03/2011

Y manteniendo la mirada ve que el ayer permanece en el  hoy mismo:

“Porcioles y los alcaldes de su tiempo consintieron, favorecieron y se beneficiaron de aquella situación de necesidad y de desesperación general, igual que ahora se benefician las mafias a costa de los parias que vienen hacinados en pateras…”

Igual como, entre  los que dirigen, hay quienes  se aprovechan de las mafias interiores para controlar a los demás, y a la sombra de las esquinas adulan al que hace la vida imposible a los demás, dejando inerme a los que se esfuerzan por construir con todos la vida de cada día.