Entrevista a Paqui Jiménez: “Si vemos que puede retrasarse más de lo previsto, reactivaremos la lucha”

  • Categoria de l'entrada:Societat

Ens arriba aquesta entrevista realitzada per l’Eric Rodríguez, company del Casal Cívic de La Mina. En ella, conversa amb la veïna Paqui Jiménez sobre la lluita per sortir de l’edifici Venus. El diàleg forma part d’un recull especial d’articles que l’Eric ha desenvolupat per a l’assignatura de Tècniques de redacció periodística del Grau de comunicació que estudia a la UOC (Universitat Oberta de Catalunya). Des del projecte, les anirem publicant i agraïm molt que ens arribin propostes de contingut que nodreixin el desdelamina i el facin més comunitari, més plural, més obert i més col·laboratiu.

¿Cómo te has convertido en la persona más mediática de Venus?

Al principio era vocal de las personas representadas por el Colectivo Ronda, ahora represento a cualquier persona desprotegida que esté afectada por la situación.

¿Cómo has vivido que no haya habido ninguna empresa que haya ganado la licitación para hacerse cargo del derribo?

Parece que la empresa que se presentó en julio del 2021 no reunía los requisitos que pedía el Consorcio de la Mina para la gestión del proyecto de realojo y derribo. Desde la Generalitat nos respondieron que, en lugar de hacerlo por concurso público, que es más complicado porque entrar en contencioso administrativo puede alargarlo más, iban a convidar a cinco empresas para que se presentaran.

Desde entonces han pasado cuatro meses y el Consorcio nos ha comunicado que conoce la empresa ganadora de la licitación, pero que se hará público las próximas semanas; entre los próximos quince días y el próximo mes y medio.

¿Cómo vivisteis esa resolución judicial favorable del TSJC?

Se tenía que reconocer ante todo el mundo que lo han hecho mal, que nos han engañado y que han jugado con todo. ¡A mí me genera euforia que al final tengan que derribar el bloque porque un juez lo haya dictado!

¿Cómo se vive en un bloque afectado por un derribo que está tardando veinte años?

¡Es peor que una odisea! Los primeros años se vivía con ilusión porque parecía que podríamos marcharnos y mejorar nuestra pésima calidad de vida. En 2010 empezamos a pensar que no lo conseguiríamos. En ese momento fue una lucha continua con manifestaciones y ruedas de prensa para denunciar lo que estaba pasado. En 2014, la Generalitat de Cataluña decidió dejarnos encerrados aquí diciendo que el edificio no se iba a derribar. En ese momento retomamos la movilización y conseguimos que la Generalitat volviera a implicarse, y en junio del 2020 ganamos definitivamente la batalla judicial.

¿Qué problemáticas encontráis en el día a día?

La principal son los cortes de suministros eléctricos que sufrimos y que hace quince años que no se reparan, pero persisten. Además, tenemos problemas con la infraestructura deteriorada, con brechas, fachadas que se caen, con tuberías y bajantes que se rompen… ¡Imagínense el deterioro de un edificio que hace cincuenta años que no tiene ningún mantenimiento!

¿Nos recuerdas por qué ha de derribarse el edificio?

Porqué el derribo entraba en el Plan de Transformación del año 2002. Era el edificio que se debía demoler con el dinero del Proyecto URBAN II de Europa porque era el bloque más deteriorado a nivel estructural y social.

¿En caso de que siga demorándose, tenéis previsto retomar las protestas?

En teoría no hace falta porque el proceso está en curso y sabemos que el Consorcio está haciendo lo correcto. Vamos a esperar el plazo de los quince días y, si vemos que puede retrasarse más de lo previsto, reactivaremos la lucha.