Mapa Sensible :: La Capsa dels Jocs

Porque los mapas sólo tienen una pequeña leyenda a un lado y necesitamos más hitos que nos sirvan de guía, hemos decidido hacer un relato de las entidades y servicios del barrio que nos acompañen en nuestra travesía. Valle realiza este mapa sensible donde poder encontrar los puntos cardinales.

 
Y continuando el Mapa Sensible, esta vez con La Capsa dels Jocs.

Empieza la entrevista en el despacho, con Montserrat y Sara, coordinadora del proyecto actualmente. Comenzamos hablando un poco del servicio a nivel funcional, historia, trabajadores, … 

 
La Capsa dels Jocs, cuentan, es un servicio, iniciado por el Consorcio, creado como un espacio de ocio para las familias, un tiempo de juego que compartir entre los miembros, entendiendo este juego como una forma de desarrollo de los chavales, y donde las familias tienen un papel muy importante, fundamental. 
 
El acceso al servicio es gratuíto y no hace falta inscripción previa para acudir, aunque si rellenan una ficha de inscripción en la primera visita, y llevan un registro de asistencia. Lo más importante es ¡tener ganas de disfrutar con la familia! Porque eso sí, los chavales deben de ir acompañados de algún familiar, no se permite que se les deje allí solos, ya que no se hacen responsables de los niños.
 
La idea inicial es, así mismo, darle una vuelta de tuerca al uso del parque del Besòs, perdido años atrás, sin alumbrado y sin niños, a los que no dejaban acudir allí a jugar por el trajeteo que existía relacionado con las drogas y el trapicheo. Actualmente, vuelve a tener otro aire, más movimiento de niños y familias, sobre todo los fines de semana, con comidas familiares, reuniones de amigos,… 
 
En el equipo son tres educadoras, Sara, Belén y Encarni, encargadas no sólo de la programación y ejecución de las actividades que se llevan a cabo en la Capsa, sino de todo el trabajo que hay detrás de todo ello: seguimientos, coordinaciones…
 
Hablamos también del trabajo en red que realizan con diversas entidades, además de un trabajo de coordinación con otras asociaciones y centros del barrio, sobre todo educativos. Existe, como además pude comprobar casualmente, una muy buena relación no sólo con las que están más cerca a nivel de necesidades compartidas, sino también de proximidad. “el barrio es chiquitín”, dicen, “ lo que hace más fácil el trabajo de coordinación, muy importante para llevar a cabo diversos proyectos individuales”. 
 
Tienen una programación mensual, aunque “siempre debe ser adaptable a la realidad cambiante del día a día”, y muchas veces se ven en la necesidad de cambiarla, modificar el orden de las cosas, o simplemente hacer cualquier otra cosa que se necesite en el momento. 
 
El cambio que les gustaría hacer en este momento, restaurar la Capsa, darle una mano de pintura y un par de arreglillos, porque, según me dicen, le vendría muy bien. Además, están ahora inmersas preparando un protocolo para continuar y mejorar un poco el servicio de préstamo de juguetes a casa, con unas condiciones para el mismo.
 
 
Cuando les preguntas por su visión del barrio, las potencialidades que encontraban, al margen de los problemas que pudiesen existir, su respuesta fue el fuerte sentimiento de pertenencia al barrio, que parece haber contagiado a toda la población, tan importante para superar los muros que se han establecido alrededor de este espacio. Y que se puede palpar en el día a día.
 
Un rato después llega Belén a la oficina y, tras las presentaciones, a las 16.30 las acompaño a abrir la Capsa, ver cómo es, y un poco el día a día del servicio. Hace bastante frío en la calle, por lo que suponen que muchos niños no vendrán, y los que si, será a última hora. Y efectivamente, no hay mucha gente por la calle, menos aún en el parque, se ha levantado bastante viento, viento frío es más, y acabamos las tres allí sentadas, observando el parque vacío, y charlando sobre el barrio, sobre los problemas en general, sobre…en fín, de diversas cosas. 
 
Finalmente, las dejo allí solinas el ratín que les queda en el que seguramente llegue algún muchacho a jugar, con el patín o en la casa, con el balancín o con un puzle, aunque esto último le sería un poco difícil porque el viento se acabaría llevando alguna pieza. Quizá prefiriese llevárselo a casa.