Lliguem els territoris, construïm ponts, agermanem barris

En Paco Marin ens fa arribar un article sobre una recent trobada amb el moviment veïnal de Zona Sur de Jerez de la Frontera on es va a tornar a analitzar conjuntament el desenvolupament dels plans Urban d'ambdós territoris.

"Hace años se puso de moda el “hermanamiento” entre municipios. Y seguro que, en algunos casos, debió servir de algo. Pero, por lo que conocemos, en muchos otros casos sólo sirvió para que cargos políticos y personal afín al partido dominante viajaran, conocieran mundos e hicieran provechosas amistades políticas. Algo similar a lo que sucede en la mayoría de los congresos, seminarios y jornadas intelectuales, programadas por las Administraciones en nombre de barrios y zonas marginales. Se reparten entre ellos premios y medallas, aupándose a los altares, o están orientados a la caza de votos en las jornadas electorales más próximas al evento.

Y son flor de un día. Las publicaciones posteriores de sus actas suelen adornar estanterías polvorientas sin que nadie se interese nunca más por el territorio y su gente.

Pues bien, fuera de esas convocatorias “desde las alturas” el barrio de la Mina de Sant Adrià y la Zona Sur de Jerez de la Frontera iniciaron hace una década, desde sus bases y entidades asociativas, aunque sin excluir a nadie que quisiera participar y dialogar, un acercamiento para conocer sus mutuos problemas, analizarlos desde las experiencias cotidianas y aprender mutuamente de sus experiencias de lucha vecinal y proyectos de cambio. Mucho tuvieron que ver en ello, junto con los vecinos preocupados por la transformación de sus barrios, aquellos técnicos que, desinteresadamente, pusieron su saber, medios y contactos al servicio de los vecinos de ambas zonas, Jerez y Sant Adrià.

Diez años más tarde, sin haberse perdido durante este largo periodo los lazos y las comunicaciones entre ambos territorios, en un encuentro reciente, el día 11 de marzo pasado, en el Ateneo Elías Reclús de Jerez, ha renacido, tras el diálogo y el análisis, la necesidad de un nuevo encuentro entre la Zona Sur de Jerez y el barrio de la Mina de Sant Adrià. Como uno de los presentes dijo: “…entrelacemos los territorios, construyamos puentes, hermanemos nuestros barrios. Luchemos juntos”. Incluso hubo quien propuso el título de un nuevo encuentro vecinal: “Uniendo orillas. Del Guadalete y al río Besòs”. Se decía ello como punto final de una breve pero profunda puesta en común de los resultados de los planes Urban llevados a cabo en sus territorios.
Pero vayamos por parte y recordemos hechos que vecinos recién instalados en el barrio no vivieron en su día y más de uno puede que haya olvidado.

Los contactos entre los vecinos de la Zona Sur de Jerez y los del barrio de la Mina se iniciaron a mediados del año 2001. Fue unos meses más tarde cuando estos contactos se consolidaron, en el ámbito de unas jornadas sobre “Participación Urbana/ Representación Cultural”, celebradas los días 25 y 26 de octubre de 2002, en el Centre de Cultura Contemporània de Catalunya. En ellas, aparte de otros temas, vecinos y técnicos de ambos territorios, expusieron y dialogaron sobre problemas comunes, proyectos en marcha y transformaciones integrales. Lo allí expuesto puede aun hoy consultarse en la publicación posterior de las ponencias presentadas: “Idensitat. Proyectos de intervención crítica e interacción social en el espacio público”, Madrid, 2003) y en la página web de Idensitat.

A partir de aquellos días los diálogos informales y comunicaciones de experiencias entre ambos territorios fueron continuados, sobre todo, a través del espacio de diálogo, muy vivo por aquellos años, del Forum Ribera de Besòs (hasta hace unos meses en su página web el Forum Ribera Besos ha mostrado gran parte de los problemas y proyectos vecinales de los barrios del Besòs. Ahora se encuentra en un periodo de “nueva construcción”, aunque viva y como interesante archivo virtual)

El año 2004 los vecinos de la Zona Sur de Jerez se propusieron, a su vez, organizar desde sus barrios un encuentro para analizar sus problemas juntamente con entidades y vecinos de territorios similares. E invitaron de manera especial a personas y entidades vinculadas al barrio de la Mina de Sant Adrià. Celebrado los días 6 y 8 de noviembre de 2004 aun se recuerda la riqueza del análisis realizado desde la base y experiencia de los propios vecinos. No sólo se demostraron a sí mismo que conocían los problemas sino que, a más, revelaron que eran capaces de señalar el camino a seguir para la transformación integral del territorio.
Más tarde, buscando ellos mismos los medios, la Coordinadora de entidades y vecinos de la Zona Sur consiguió publicar las ponencias e intervenciones habidas durante el encuentro: “Transformación de los barrios y movimiento vecinal”, Jerez, 2006.

El verano de 2007 los vecinos de uno de los barrios de la Zona Sur de Jerez, la barriada rural de El Portal, quisieron que el Pregón de su fiesta popular lo hiciera un vecino de Sant Adrià. Y le dieron la palabra y su alegría a Francisco Marín quien glosó la aventura de dos pueblos, orillas de pequeños ríos, que en su mutuo intento de encontrar camaradas contra lo que les amenaza se encuentran y alían río abajo en el mar que los une.
Más adelante, igualmente que la Mina, los vecinos de la Zona Sur de Jerez consiguieron de Europa un Plan Urban para la transformación integral de su territorio.

Años después de estos contactos reseñados, cuando el Plan Urban de la Mina está prácticamente acabado y el de la Zona Sur de Jerez está a mitad de camino, ambos territorios, en un acto celebrado en el Ateneo Elías Reclús de Jerez, como hemos dicho, han vuelto a analizar conjuntamente la suerte de sus barrios poniendo sobre la mesa las dinámicas habidas en el desarrollo del Plan Urban para la transformación integral de ambos territorios. En breves pinceladas se pusieron de relieve muchos aspectos comunes en ambas dinámicas de transformación y, de manera especial, el juego de intereses y estrategias de las respectivas Administraciones municipales (en el caso del barrio de la Mina, del Consorcio creado para la gestión del Urban).

Se pusieron de relieve en las exposiciones de ambos territorios las inversiones tan desproporcionadas entre los urbanístico/arquitectónico y lo social, tratándose de “planes integrales” en cuya actuación debieran sobresalir prioritariamente los proyectos sociales. Una desproporción que bien se puede fijar entre un 80% y 20% respectivamente. Con la agravante en ambos casos de que en un % significativo los programas sociales han sido duplicación de actuaciones ya existentes en las zonas y con vista más en colocar a personas afines a los partidos que en crear proyectos novedosos y eficaces que solucionaran los problemas. Está visto una vez más que los intereses políticos están dirigidos no al cambio y transformación de la realidad sino a la cosecha de votos y reparto de premios a aquellos que hacen posible que el poder se consolide no en función de sus méritos sino como consecuencia del “caciquismo” político.

Por parte de un grupo de técnicos sociales asistentes al debate se expuso cómo las ciencias y conocimientos no acaban de encontrar la metodología adecuada para la “transformación integral”. El peso del urbanismo y la arquitectura se impone, “el peso del ladrillo”, por intereses varios en los planes de transformación. Es mucho más fácil el cambio del diseño urbano (cosa necesaria, lógicamente, en muchas ocasiones) que la transformación positiva de la comunidad, del grupo humano. La presencia de la policía, sin el cambio de modelo de actuación policial (la filosofía del control social a través de los “confidentes” y sus mutuas “ayudas” es perversa). La capitalización para actuaciones sociales a través de la venta de los terrenos públicos, no se sabe bien cómo, acaba en bolsillos particulares. Y los periodos tan largos en la ejecución hacen que, al final, la situación se haya complicado tanto que la realidad social es mucho más conflictiva al final del Plan que cuando éste se inició. Y solemos encontrarnos, decían muchos de los asistentes, con un envoltorio diferente (los cambios arquitectónicos y urbanísticos) y un contenido esencialmente más complicado y deteriorado.

Pero sobre todo, los ponentes de ambas zonas hicieron hincapié en que la “participación ciudadana” en todo el proceso del Plan Urban, en uno y otro territorio, en Jerez y en la Mina, ha sido una verdadera tomadura de pelo. Las administraciones quieren súbditos obedientes a la maquinaria del poder. Sólo llaman a las entidades para que digan sí, jefe, a las determinaciones ya asumidas y proyectadas por ellos sin participación de las personas afectadas. Y los técnicos (grandes urbanistas, famosos arquitectos) piensan siempre, no ya que los vecinos no tienen la preparación académica necesaria para opinar, sino que son, por naturaleza, “tontos de remate”.
En el barrio de la Mina el Plan Urban, prácticamente, ha consumido los recursos europeos; en la Zona Sur de Jerez, el Plan Urban está a mitad de camino. La coordinadora de la Zona Sur “Existe” ha recurrido a la Comunidad Europea denunciando la falta de verdadera participación en el Plan Urban y la desproporción de presupuesto dedicados al urbanismo en menoscabo de los programas sociales. Les ha sido admitida a trámite la denuncia/queja por los organismos competentes.